lunes, 5 de marzo de 2007

Capitulo V

La Tercera Verdad (continuación)
(La imagen de Dios)
¿Cuál es la imagen de Dios?
Para resolver esto, veamos el testimonio que el mismo Señor Jesucristo dio acerca de la naturaleza de Dios.

Juan 4:24
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren
Dios es espíritu; espíritu santo. No carne, no alma. Dios es espíritu esa es Su naturaleza esa es Su imagen.
Entonces podemos entender que cuando dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, se nos esta enseñando que además del cuerpo y del alma (cosas con las que también los animales fueron creados) Dios le dio al hombre espíritu.De entre todas las criaturas con las que Dios pobló la tierra, solo el hombre fue concebido con algo más que carne y vida, sólo el hombre fue también un ser espiritual.
De entre todas las criaturas con las que Dios pobló la tierra, sólo el hombre y la mujer compartieron naturaleza con su creador, a imagen y semejanza de Dios.
Al develarse para nosotros el significado de Génesis 1: 26-27 podemos comenzar a comprender por qué Dios decidió destacar el relato de la creación del hombre por sobre todo el resto de las demás cosas creadas.
Tanto por la presencia del espíritu en él, y (como veremos) aún más por el propósito de Dios de crearlo así, el hombre ya desde su origen fue un ser único y el pináculo de toda la creación.
El espíritu le proveía al hombre la imagen de Dios y ésta luego impregnaba también su alma. Quiero decir que tanto en su moral, en su pensar, y en su sentir, el hombre original fue creado a imagen de Dios. En otras palabras a causa de la provisión del espíritu, el hombre original tenía un corazón como el de su creador (esto pareciera una contradicción con lo que vimos en el capítulo anterior que decía Isaías “…Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová…” pero cuando más adelante veamos la resolución de esta controversia, estoy seguro que muchas cosas pasarán a aclararse para usted).
Entre otras cosas, esta imagen de Dios en él, le permitía al hombre sojuzgar los reinos de la tierra a semejanza de Dios.

Génesis 1:28
Y los bendijo Dios
(ver nota 1), y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Pero detrás de todo este singular esplendor con que Dios vistió al hombre al darle espíritu, subyace la verdad más extraordinaria y base de todo el mensaje bíblico. El espíritu elevaba al hombre un plano más arriba que el de un legítimo pero mero representante de Dios en la tierra. El espíritu le permitía al hombre relacionarse directa, intima, inteligente y emocionalmente con Dios.
Para eso Dios creó al hombre a imagen y semejanza suya, para compartir una relación basada en el amor
.
Todas las singularidades del relato de la creación del hombre están puestas allí para mostrarnos que sólo el hombre fue creado (porque Dios en su amor así lo dispuso) con la capacidad de vivir en comunión con Él.
A través del modo en que la Biblia nos relata el origen de todas las cosas, Dios nos ayuda a comprender el lugar central que el hombre tiene en Su corazón, y en la creación de los cielos y de la tierra. Además nos enseña que Su más profundo deseo ha sido, desde siempre, relacionarse estrechamente con el hombre, a fin de que éste pudiera vivir bajo su bendición y guía, y usufructuar la tierra que Dios llenó de bondades para su sustento y placer, y sobre la cual lo puso como señor para que la cuidase a semejanza de como Dios cuida de Su creación.
Estos pasajes nos permiten conocer cuál era el plan y la voluntad de Dios para con el hombre y la mujer.
Dios les proveyó de cuerpo, alma, y espíritu, para que vivieran en una bendita, estrecha e íntima relación con Él, y para que en esa comunión, administraran, cuidaran y disfrutaran de todo lo creado. Dios ordenó así Su creación y cuando hubo terminado contempló todo y vio que era “en gran manera bueno”
Génesis 1:31
Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.



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Nota 1: Este pasaje nos muestra que la primera acción que Dios tuvo para con el hombre fue bendecirlo; para eso lo creó, no para oprimirlo, ponerlo a prueba, o afligirlo con una vida difícil. Por el contrario lo bendijo y lo puso en un placentero huerto, como señor de una tierra abundante que le ofrecía generosamente sus riquezas para él y su descendencia, y demás beneficios que ya hemos considerado. Esta primera acción tiene la fuerza suficiente para establecer y enseñarnos acerca de los términos que Dios dispuso desde el comienzo para relacionarse con el hombre.
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Bibliografía:

La siguiente lista presenta las obras que han sido usadas como material de consulta, y referencia para la concideracion.

Biblioteca electrónica Caribe (editorial Caribe)//. Diccionario expositivo de palabras del nuevo testamento de W. E. Vine (editorial Clie)//. Nuevo diccionario Bíblico ilustrado de Vila-Escuarin (editorial Clie)//. Nuevo diccionario Bíblico J. D. Doglas-N. Hillyer (editorial Certeza)//Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español de F. Lacueva// Diccionario de Figuras de Dicción Usadas en la Biblia. de E. W. Bullinger (traducido al español por F. Lacueva)//Usos y Costumbre de las Tierras Biblicas. de F. H. Wight//Nuevo Manual de usos y Costumbres de los Tiempos Bíblicos. de R. Gower// La Incognita del Hombre. del Dr. Alexis Carrel (premio Nobel en medicina)//Diccionario Enciclopédico Océano uno color (editorial Océano)//
Dentro de las obras usadas como material de estudio y referencia para esta publicación, dos merecen una mención aparte: la clase "Poder para la Vida Abundante" del Dr. V. P Wierwille, y la clase "La Simiente Prometida" presentada por T.J. Caballero.

A todos los hombres y mujeres que han colaborado para la concreción y difusión de todas estas obras; Muchas Gracias por sus valiosos esfuerzos


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A.A.B